domingo, 26 de agosto de 2007

Pluralidad conjuntiva.

Se había levantado terminando la tarde, se despabilaba, pasaba sus manos por su cabello todo atolondrado.Dirigiéndose al baño tomo su ropa para poder vestirse, pensó en fumar, relevando su cabello con un peine fino se miraba en el espejo, veía su cuerpo todo avejentado, agarró su piel arrugada maltratada de vida y veía como los bellos lo cubrían corporalmente.
Vio las toallas colgadas como siempre, húmedas y que difamaban el rumor de la transpiración en un baño de vapor inmenso.Se bañó.
Luego de vestirse se dirigió al closet del cuarto donde guardaba perfumes, cigarrillos y tabacos de distintas partes de América, ya cambiado, quitó monedas y un cigarrillo negro, al prenderlo salió de la puerta que separaba su hogar de la burbuja humana nefasta.
En pantuflas por la calle se animo a cruzar la avenida y bajar las escaleras del subte que por cierto también desprendía ese olor a transpiración ambigua, que se podía sentir en el baño de su departamento. pidió al boletero un viaje y se sentó a esperar el subte. Aproximadamente unos trece minutos después llegó el animal ferroviario, abrió sus bocas y se comió los pasajeros, el entró como infortunado escuchando el ruido de los otros que lo atacaban con palabras estupefazidas como dinero, celular, de pronto Bob Dylan y nuevamente celulares, sonidos inesperados y vibrantes, cuando escuchó libertad y se sonrió sofíon de la palabra y el contexto utilizado en lugar rodeado de falta de la misma, cuando acordó bajarse en la estación Jose Hernandez, subió las escaleras mecánicas( me causa gracia expresar que algo es mecánico) y salió a la calle iluminada por carteles, llena de miedos.
Los otros vestidos de pieles y cuchillos, se engendro mediante un método para desconectarse de aquello, caminando por la misma avenida pero con otro nombre llegó a la reunión con sus iguales donde debatían temas de los otros y de como solucionar incomodidades idealistas, comían grasa animal envueltas en paquetes y fumaban cánceres que encerrados en celofán de regeneración celulosa, irónicamente atoraban la libertad del vicio. Acordaban sitios donde encontrarse para desarrollar la vida con otra mirada eran jóvenes predispuestos, el se callaba y miraba,a lo que los demás creían era timidez. se iban las tardes de derechos y los ojos despistados de los compañeros, se iba el también leyendo, se iba en medio del silencio del ómnibus, se iba reuniendo con el y a la vez se iba desapareciendo, como un arroz menos desparramándose en una olla.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

que manera tan buena de combinar las palabras bri,
si azules son las almas...

Anónimo dijo...

Muy bueno negro, la verdad kda dia me sorprendes mass....

Seguí asi que te va a ir bien loko...

Salu2

Anónimo dijo...

eei negro,
ya te dije qe me encata cmo escribis y qe te recontra re felicito..
sabes qe te quiero muchisimo y que podes contar conmigo para lo qe necesites..
sos una gran persona y espero qe sigas con esto x qe se nota qe te gusta..

suerte..

Pía dijo...

no quiero
de verdad que no quiero
hay veces
hay muchas veces
que no quiero nada
no quiero todo
juego, escupo las imágenes
que veo en esa ventana
se callaba...miraba...
y los demás ya pensaban
porque nadie puede entender
el silencio
porque... porque
sabes que no quiero
hoy no quiero...

valeval dijo...

negro muy bueeno, como sorprendes che! nos vemos