La historia de Martín es breve pero clara.
Martín es un joven que eligió donde nacer, donde vivir y
donde morir, Martín nació en un país con libertad de elección, un país democrático,
donde siempre se elige, él eligió desde sus inicios como persona, él eligió el
ovulo en el cual iba a nacer, él eligió ser ese espermatozoide borracho de su
padre de diecisiete años, él sin dudas eligió ser Martín, él se llamó así
porque él siempre lo quiso, como siempre quiso, además, buscarse el día a día,
como también eligió no estudiar, y eligió no poder comprarse los libros para
ello, porque Martín siempre fue una persona con condiciones para elegir.
Martín solía jugar al futbol con sus pares del barrio, linda
pelota tenían, solían juntar cinta adhesiva y papeles de diario. A veces
llegaban a jugar todo un partido entero en la prestigiosa cancha de cemento con
detalles de vidrio que hacían de esta relucir de un brillo estrepitoso, una
cancha con clase, ¿no?, por así decirlo. Luego de esto iban a tomar su voluptuosa
merienda al comedor diario que era el más prestigioso del país y cumplía con
los requisitos máximos de calidad y salud, Martín solía sentarse al lado de Aldana
una chica rubia que de polvorienta, su
belleza se escondía, pero esto a Martín parecía no importarle, porque ella, era
la reina del barrio y su corona gris brillaba como el oro para un mercantilista.
Un día agitado después de un partido de futbol y a causa de
su buena alimentación. Martín intento acercarse a la preciosa Aldana, ella lo vio
venir, hablaron largo y tendido, él no se animaba de principio a plantearle sus
sentimientos, que pronto se daría cuenta estaban desencontrados, luego de
intercambiar afinidades por ciertos aspectos de la vida, Martín vio que se
acercaba a lo lejos, un joven que al sonreír sus dientes mostraban un color que
no solía verse allí. Así y todo no se fijó mucho en él, entonces empezó a
declararse hacia la niña Aldana de esta manera: Preciosa Aldana hay algo que
debo decirte… que es... Que….- en ese momento se interrumpió la declaración, y
el joven que venía a lo lejos estampo fuertemente su boca en los labios de Aldana.
Otra de las tantas cosas que eligió Martín fue ser no correspondido de Aldana.
Luego lo presento como un amigo y le preguntó qué era lo que él iba a decir.
Pero Martín eligió olvidarse de ello.
Entonces retomo su camino a casa, que por cierto, su casa
quedaba debajo de una autopista en el sur de la ciudad, cerca de las afueras
del capital. En un barrio muy humilde pero con grandes valores por ello el
eligió nacer ahí, no importando así la supervivencia.
Allí fue que Martín se dio cuenta que el culpable de sus
malas elecciones era él mismo y nadie más, fue allí, en ese momento, que eligió, y ahora Martín se ríe del mundo y
lo mira con soberbia y decepción.
1 comentario:
es de tu tinta rana?
para cuando el libro, materializa neneee
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