domingo, 30 de septiembre de 2007

Como una hoja, ayer, me hubiese encontrado.

La fuente de la energía es infinita, desastrozamente solitaria y, en algunos casos nos abrazamos con los árboles.
Me siento en el living lentamente, y veo las hojas jovenes vivas, otras muertas y, ancianas opacas.
Atandole los brazos lo haces llorar, pobre niño que no puede jugar. Idiota ser de malestar.
Me das dolor de animal, mamífero ineficaz que molestaste a la vida ajena. Que escupiste en el suelo, en tu tierra llena de barro.
La lluvia pega duchas en ese mundo arbolífero, bañandome a mi y a las demás de manera fructífera nos ven progresar pero el viento a veces nos puede golpear, logrando que el dolor sea anormal.
Cuando a veces creemos sobresaltar somos cosas simples para los montruos que nos atacan sin razón, hay dolor, de los ciervos que nos miran tristes desde abajo, de los buhos que mueren con sólo poder escuchar el ruido de nosotras al gritar por el ventarrón y de la vibración del árbol al entristecer su corteza pudiendo ver como todo se termina y seguimos siendo simplemente hojas.

2 comentarios:

Pía dijo...

Serás lo que tú quieras...
"Si tus pies nacieron viento..."
y si no, será lo que elijas, nadie puede derribarte, nadie puede dormirte, excepto una persona... que sos vos. No llores... utilizá ese dolor para crear. Te quiero!

Nasha dijo...

que bonito texto =)
Es lindo ponerse del lugar de la naturaleza ... a veces es mas que necesariio ...

suerte que estes bien !