miércoles, 29 de abril de 2009

Un pucho y una falsa felicidad.

Ayer me estaba fumando un pucho en un recreo y pensaba: ¿como puede ser… ¿Cómo puede ser que vivir se complique tanto a veces?
Mientras veía a todos caminar, sonreír, ningún alma perdida todos felices en su utopia, la del colegio, la que te transforma. Pero salir a la realidad luego de estar encerrado en esa capsula cósmica de falsa educación y felicidad se puede volver agravante para uno mismo, se puede volver crudo como un invierno en las ciudades costeras. Viendo claramente que todos se saludaban que todos compartían un pucho y una sonrisa, remiraban, se escondían de los profesores que iban a la huerta a espiar sus actos;la ingenuidad del juego, todo diversión y nada de realidad, nada de sentir vacío en el estomago, nada de reclamos por la vida solo entupidas fantasías.
Pero al salir, al caminar creo que cada uno de los alumnos que somos de los 575 quizás o quizás menos o quizás mas porque no, cada uno de ellos, sale a vivir su realidad cada uno tiene sus ojos, tiene su olfato y tiene su oído, lo mas importante es que cada uno siente distinto, cada corazón va mas Allah del de otro.
Es axial que digo que una institución como una escuela media no ayuda a formarnos como personas sino que nos educa estructuralmente arruinando nuestra personalidad, dejando de lado nuestros propios conceptos de la vida, de cada paso q debemos dar, de si elegir lo que esta bien o lo que esta mal. No quiero filosofar mas porque parecería en vano pero si quiero que todos los que lean esto se den cuenta de lo que sus vidas son, no se ustedes pero yo quiero escaparme y ser libre, feliz, hacer lo que realmente me interese. Salir del cubículo rutinario conocer gente, nuevas culturas, enriquecerme y enriquecer. No existe una nación, existen las personas que viven en el mundo, no existe un corazón, existen miles de puntos rojos que se unen en distintos momentos en distintas etapas. Esto es una forma de ser feliz.

jueves, 23 de abril de 2009

Que desorden hay aquí



Un plumero, una pluma
También hay papeles sin tinta,
Un pequeño diente de puma,
Veo por el suelo un poco de cinta


Que desorden hay aquí,
Encerrado en mi ataúd
No pienso más que en mí
¿Como escapo de la latitud
De mi cuerpo?

Otra vez la mucama se enfada,
Ya no hay nada en la mesa o en el piso
Veo cerca la cama recién armada,
Pero el suelo me convence por lo liso.

Que ordenado esta al fin
Mi cuarto hace ruidos huecos de madera
Un bullicio de officine
Una tarde en mi catrera

Y pronto se escucha la caldera
Caliente, esta que hierve.
Escuche caer la ensaladera,
Temo que la fiebre se eleve

Puede ser el día
Parece serlo sin duda alguna
Puede que termine la alegría
Y que deje de ver la luna