El periodismo.
Hoy en día y siempre, el periodismo sigue sin poder. Nunca
lo tuvo en realidad, ellos mismos se lo adjudican y defenestran los actos de un
estado o gobierno sin ser justos, como también sin cualidades o títulos que los
habiliten, más que el de ser informante y no juez social.
El periodismo es la escoria social que por más libre, menos
libertad tiene, que más condicionado se ve y que se presenta como deformador
total de las causas injustas escondiendo así los problemas de una sociedad y dándole
relevancia a situaciones sin jerarquía al nivel de ordenamiento nacional o
mundial, el periodismo se encarga de monstruos creados para su beneficio,
detalles peculiares e incipientes como son la inseguridad, como son los avances
tecnológicos, como los asesinos no juzgados por la ley, crean así monstruos y dejan
de lado los verdaderos monstruos, como la codicia y la injusticia social, y
superponen al igual que la justicia a la liberalidad de las cosas.
Este se presenta de manera clara en el distractor total de
la sociedad, la droga más fuerte y el estupefaciente más grande del mundo
entero, el dueño de tu vida y quizás de la mía, El televisor. Allí el
periodismo tiene ese poder falso. Ese que brinda la sociedad.
Si la sociedad se pone de acuerdo puede terminar con ello.
Pero pareciera que la sociedad se conforma con mirar solamente el interés propio
y el desarrollo social queda en el fondo de un plato de sopa, en algún barrio
devastado por los verdaderos monstruos.
Un monstruo que no defenestra el periodismo es El dinero,
este creado por el hombre, para seguir matando impiadosamente, rige nuestro
mundo. Porque será que el periodismo no habla de ello, Seguramente porque ese
monstruo avala este sector y perjudica otros.
A veces vemos como periodistas oportunistas cambian de
parecer inesperadamente, así como un niño cambia su gusto por la leche con nata
y otras veces la prefiere sin la nata.
Así de fácil es de cambiar de opinión dentro del periodismo,
no importa el medio sino el fin, donde le conviene ir es donde estará, siempre.
Pero la culpable es la sociedad y al decir esto no me
excluyo, pero trato de reflexionarlo.
Y si alguna vez lees esto, deja de mirar la tele, deja de
ver los videos divertidos de los noticieros, o que hizo algún famoso y empeza a
mirar la calle, la mera realidad, la pura realidad, no la que te muestran los
canales de aire.
No importa hoy el color de tus ojos cuando tu alma esta tan
putrefacta y para que ello no ocurra hay que eliminar de nuestras costumbres al
periodismo que el define monstruos pero no se da cuenta de su monstruosidad.
Entonces… dejo al lector esta reflexión sin ponerme en un
plano superior en ningún momento y siendo participe de esta sociedad
monstruosa.
Pronto adheriré más monstruos que hacen a nuestra sociedad
someterse al despotismo jerárquico y bien visto. Pero mientras los dejo con
esta primera reflexión.